Después de casi un mes sin realizar una ruta exigente, tocaba ponerse a punto antes del gran reto. Saliendo desde el mismo alojamiento, me adentré en el Bosque del Gerdar, un lugar espectacular, oscuro y solitario, donde los claros verdes parecen sacados de un cuento.
A medida que el bosque quedaba atrás, el paisaje se transformaba, ganando altura y carácter pirenaico hasta llegar a los lagos del Estany Negre de Cabanes y el Estany Llong, rodeados de bloques de granito y montañas imponentes.
Y como no podía faltar, encuentros florales en el camino: Platanthera chlorantha, Neottia nidus-avis, Dactylorhiza maculata y ya comienzan a florecer los Lilium pyrenaicum.
¡Un buen calentamiento para dejar atrás la pausa y encarar lo que está por venir con fuerza!
Interactúa con el mapa para ver la ruta detallada. Puedes hacer zoom, cambiar capas y moverte por el mapa.







