El descubrimiento del Salt de Gualba y la vuelta inesperada

Aprovechando una mañana en Gualba, el objetivo era subir hasta el Salt de Gualba, una impresionante cascada de unos 100 metros de caída en tres tramos sucesivos. El ascenso fue por pista hasta el mirador del salto de agua, desde donde disfruté de las vistas. Aunque quise acercarme más, encontré un muro de piedra que decidí no saltar.

Desde el mirador, el camino me llevó al arroyo, donde descubrí más saltos de agua y fuentes escondidas, como la Font del Senglar y la Font dels Ocells. El recorrido me dirigía a un camping, pero al ser informado de que el paso era de pago, tuve que replanificar la ruta. Opté por una vuelta, pasando por el significativo Monolito de la Rosa de Abril, para volver a la pista inicial y deshacer el camino de ida.

Quizás no fue la ruta más fluida debido a este desvío, y para la próxima será necesaria una mejor planificación. Aún así, ¡la mañana terminó con una merecida cerveza en el pueblo!.